lunes, 25 de agosto de 2014

Podría decir que mi actividad principal de los últimos meses es llorar. Y no mentiría. Llorar y mirar series de mierda. Porque la cabeza no me da para más. La violencia flota en el ambiente, todos contra todos. Es lo que más tristeza me da de mi vida entera. Alteración, turbulencias, perturbación. Todo. Todo el tiempo. Y ahora, encima, la sensación de que el mundo se derrumba. Una vez más. El sentimiento renace y crece a pesar de que durante mucho tiempo estuve convencida de que lo había enterrado. Tan inocentes y crédulos que somos los humanos.

A la mañana hace frío. Ahora está más templado. Espero que los mayores terminen la tarea para que salgamos todos al parque. Es un esfuerzo enorme para mí. Solo quiero ver los últimos capítulos de Gossip Girl. No quiero hablar con nadie. No quiero ocuparme de nadie. No quiero existir.

Y sin embargo. 

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