jueves, 14 de agosto de 2014

¿Qué fue lo peor que hiciste? ¿Quién te hirió, a quién heriste? ¿Quién te traicionó, a quién traicionaste? ¿Qué pasa y qué queda? ¿Quién sos? ¿Qué querés? ¿Qué es esperás? ¿Qué es la adultez? ¿Qué es vivir? ¿Qué es lo peor que hiciste?

Pasó el verano como pasa lo que no importa. Lo que no tiene entidad. Pasa porque el calor no existe, porque las turbulencias se extienden, porque tu cabeza no para. Porque el tiempo no para. Pasa, pasa, pasa. Todo pasa. Lo bueno, lo malo, lo negro, lo grisáceo.

Los duraznos se maduran, lentamente, en el árbol. Los limones también. El paso crece. Los chicos se pelean, se aburren, se hastían como vos, como yo, como todos. El maremoto es contagioso. Juntos y mezlcados more than ever. Sin saberlo, sin quererlo, sin buscarlo.

Caer burdamente, como la quinceañera que fuiste. Ya ni saber qué extrañás. La nostalgia como motor pasó de moda. Fuiste, sos, serás: es imparable. Irreversible.


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